¿Quién no ha estado en un museo antes? Pero lo curioso, es hacerlo de noche. Simplemente con tener la posibilidad de variar la rutina de nuestros momentos de ocio, es algo que de por si estimula a las personas. Uno puede imaginarse la variedad de planes que se hicieron para la ocasión: Compras-cena-museos, cena-museo-noche romántica, aperitivo-museo-copas, skate-museo-concierto, en fin, muchas cosas han girado alrededor las exposiciones esa noche. Pero los protagonistas indiscutibles han sido los museos. De noche, sobretodo los que tienen grandes ventanales como el
MACBA (Museo Arte Contemporáneo Barcelona), adquieren un "carácter diferente", la luz tenue de los focos no se ve invadida por la luz del sol,
creando un ambiente que solo se puede vivir esta noche del año.
El hecho de que las entradas eran gratuitas, también contribuyó a dar otro aire a estos ambientes: variedad de público y dinamismo. A pesar de la gran afluencia, no se creaban colas para ver las diferentes exposiciones, todos "fluían" de forma ordenada, disfrutando de lo que mas les llamaba la atención.
Una experiencia que permite conocer o acercarse al arte de una forma diferente, que en ocasiones, resulta ser más atractiva.
Por Lino De Vallier
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